11 de junio de 2011

LOS TEMORES DE LA UNESCO Y LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN BOLIVIA

Comentarios al Foro: “Los usos válidos y espurios, de las clasificaciones y de la rendición de cuentas, en la educación superior”  (París, 16-17 de mayo de 2011)(Ver el original)


INTRODUCCIÓN

Qué titulazo, el que se gasta la entrada de la UNESCO, para convocar a la reunión que examinó el “ranking de universidades” y sus repercusiones sobre las políticas educativas, a nivel institucional, nacional y regional, en los diferentes países. De entrada nomás, empieza criticándolo: Estímulo a la competencia; convierte a la ES en una otra importante industria de exportación (por la gran movilidad de estudiantes, docentes, infraestructura y proyectos de las grandes empresas), y que termina empujando a los estados, a la adopción de políticas, favorables a sus intereses. Pero ahí se queda. Y en vez de colocarse de nuestro lado, alentándonos a construir una sociedad que defienda sus riquezas naturales y las industrialice a partir de su propio esfuerzo (ahí entra la ES), nos dice que debemos, más bien,  "contribuir, de manera efectiva, al desarrollo del sistema educativo y cuidar nuestra calidad educativa" y que viene estudiando la publicación de su propio "ranking", como si ese fuese nuestro problema. La UNESCO: ¿Nunca estará de nuestro lado?

LOS COMENTARIOS QUE DESPERTÓ EL FORO EN SU PROPIO SENO.

Irina Bokova, Directora General de la UNESCO. Para esta señora, el paisaje está cambiando. El hecho que los sistemas de clasificación aumenten, da la pauta de la nueva tendencia en todo el mundo: Han aparecido nuevos proveedores, especialmente de educación privada; nuevas tecnologías, instituciones, programas transfronterizos. Esto genera no sólo competencia internacional sino, como colofón, la respectiva categorización de las universidades. Los nuevos tipos de evaluación y de clasificación utilizados, enfatizan la investigación y no la enseñanza. Lo cuantitativo y no lo cualitativo. De todas maneras, dice, ninguna indica cómo promover una ES de calidad, abierta a todos, con sus tres misiones: investigación, docencia y servicio a la comunidad.

Ellen Hazelkorn, Vicepresidente de Investigación y representante del Instituto Tecnológico de Dublín. Para esta ejecutiva, los gobiernos deben dejar su obsesión por el “ranking”, que transforma sus sistemas de ES y subvierte sus políticas públicas, pues cambia sus objetivos por indicadores mensurables.  Hay 15 mil instituciones de educación superior en el mundo y la gente está obsesionada con 100. Para la vicepresidente, hoy en día hay dos tendencias emergentes, en el diseño de políticas públicas para la ES:


  1. El “modelo neoliberal”, que concentra sus recursos en la excelencia y en generar un pequeño número de universidades de élite, y
  2. El “modelo social-demócrata", que trata de equilibrar la calidad de la ES en todo el país, de estrechar la relación entre la enseñanza y la investigación.
Los gobiernos deberían priorizar sus necesidades y traducirlos en objetivos de política educativa pública, centrada en la calidad de su mano de obra cualificada; en la equidad; en el crecimiento regional; en mejorar su ciudadanía, en generar "futuros Einsteins“;  y en la competitividad global. Ya han habido 10 rankings mundiales pero hasta ahora no hay una clasificación objetiva, porque la elección de los indicadores reflejan los juicios de valor o las prioridades de los “rankers” (los interesados en la batalla por los rankings). A ver: ¿Por qué es importante  la edad y el tamaño?: No se trata de participar en olimpiadas universitarias que precisen de atletas grandulones y bien dotados; o de poseer, a como de lugar, facultades de medicina en los países de habla inglesa. Para un “ranker” lo importante es crear una "universidad de clase mundial", que pertenezca al top, que se vuelva en la panacea para garantizar el éxito de la economía mundial. Esa la razón para que se reestructuren los sistemas y aparezcan nuevas iniciativas para las nuevas instituciones educativas. Se busca reflejar la competencia mundial en el mundo de la ES, introduciendo este indicador de la competitividad internacional. 
Pero, ojito, si de lo que se trata es de educar a los usuarios, como ellos dicen, seamos francos honestos y transparentes: La educación superior es un negocio no regulado. ¡Guau! (el guau es mío).

Para Nian Cai Liu, director del “Centro para las Universidades de Clase Mundial”, editor, además, del Ranking Académico de Universidades del Mundo (AMRU)
El tema que ha tocado el Foro es un tema controversial, pero ayudó a que las partes interesadas se comuniquen. Si las clasificaciones ya están aquí, de lo que se trata es de utilizarlas sabiamente. Para la AMRU, los indicadores dominantes actuales, aunque no definitivos, son: El número de premios Nobel; el campus; la investigación y los trabajos publicados en las principales revistas. Luego de un tiempo, vendría un ranking de universidades especializadas (medicina y la ingeniería). Posteriormente, uno otro por regiones (Europa del Este, América del Sur y Asia del Sur). Ulteriormente uno otro, para destacar el rendimiento per cápita, con definiciones y datos que permitan comparar al personal académico, la historia de una institución, su presupuesto, tamaño y así sucesivamente.

NUEVAS PROPUESTAS DE CLASIFICACIÓN

El Modelo “AHELO”. Presentado por la Dirección de Educación de la "Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos" (OCDE). Ya está funcionando en 15 países, precisando el contexto en el que se da la comunicación entre estudiantes y profesores de las instituciones, con sus pares evaluadores. Los trabajos giran en rededor de tres corrientes disciplinarias: Economía, ingeniería y las “habilidades genéricas” para el Siglo XXI. El modelo mide los resultados del aprendizaje, como una prueba global, tanto para los estudiantes como para la gestión universitaria. Su propósito es que los docentes mejoren la enseñanza; que los estudiantes puedan tomar mejores decisiones, a la hora de escoger una institución; que los responsables políticos se aseguren de gastar bien, las considerables cantidades de dinero que manejan; y que los empleadores puedan saber si las habilidades que exhiben en el mercado de trabajo, determinados graduados, coincide con sus necesidades.

El “Sub-Mapa Europeo”(Ver Mapa). Este fue presentado por el “Centro Europeo para la Gestión Estratégica de las Universidades” y por la “Cámara de los Países Bajos para la Educación e Investigación”. Su presentación es alucinante: Entras a la página web, pagas tus pesitos, escoges las características que te interesan en un conjunto de universidades, de una lista adjunta, aprietas enter y ¡zas!, te sale un mapa a colores con lo pedido…

Los temas y los indicadores del Mapa



El MESALC. Fue presentado por el Director del Instituto Internacional de la UNESCO, para la mejora de la ES en América Latina y el Caribe”, Pedro Henríquez-Guajardo. Su objetivo es permitir el acceso a un otro “Mapa de la Educación Superior”, pero gratis. Se lo viene desarrollando desde el 2.007, con el propósito de construir un sistema de información confiable, con herramientas metodológicas e “indicadores personalizados”, según cada país de la región. Son sus objetivos: Crear un sistema de información que luego sería adoptado por la misma. Permitir: Relacionar los componentes y los atributos de los sistemas nacionales de ES; contar con una herramienta electrónica de recolección, manejo y almacenamiento, que permita analizar información sobre ES; difundir la información  en línea y gratis; organizar un proceso permanente de funcionamiento del MESALC, coordinado por la UNESCO-IESALC para la región

LOS TEMORES DE LA IESALC-UNESCO

En este marco se inscribe las declaraciones del ya presentado Director (a.i) del Instituto Internacional de la Unesco, para la Educación Superior (IESALC), Pedro Henríquez Guajardo. En sus declaraciones al periódico ABC (ver artículo), explica que la UNESCO mira con preocupación las implicaciones negativas de un “ranking” internacional de universidades en Latino américa, pues “ningún estudiante europeo va a venir aquí por mucho que le interese el desarrollo político, pongámosle de Bolivia, si no tiene una universidad que le dé garantías”. Las escuelas superiores anglosajonas están en los primeros lugares, con el auspicio de empresas privadas, a partir de la aplicación de estándares alejados de la realidad latinoamericana. Sólo la Universidad Nacional Autónoma de México y la de São Paulo, quedan en alguna lista, entre las posiciones 200 y 500.    “La región rechaza de forma colectiva el ranking, pues no se toma en cuenta la contribución efectiva de las universidades al desarrollo del sistema educativo”. El número de publicaciones en inglés, la labor investigativa, el número de docentes por alumno, los Premios Nobel o el número de alumnos y profesores internacionales, no son los mejores criterios. No se podría competir con ellos, pues sus universidades no son solamente de investigación o de formación ni productoras de profesionales (en términos estrictamente comerciales), sino que destacan por estar “vinculadas con el medio y con la sociedad”.

NUESTROS BLOGUERÍSIMOS COMENTARIOS

Huele a bi-preocupación. Los comentarios sobre el Foro de París presentados líneas atrás, muestran pesimismo ante la fuerte arremetida del capital financiero mundial, en el campo institucional de la ES. Pero, en un mundo capitalista globalizado y despiadado, ¿sería posible otra cosa? Incluso me parece detectar cierta inquietud ante el futuro. Supongamos que su MESALC triunfe. Si así fuese, lo sería en la región - América Latina y el Caribe - porque a las universidades que están en la competencia, les dolería en el codo. Es decir se profundizará la división del mundo entre países interesados en producir nuevos bienes, a partir de la utilización de nuestras riquezas naturales.

Pero tampoco ellos tienen mucho donde escoger. El mundo es uno solo. En este entendido, sus supuestos teóricos son correctos: Generar “universidades de clase mundial", que luchen por el top, para asegurar el éxito de sus inversiones. En el caso de Bolivia, de las ligadas a la extracción de sus recursos naturales. Eso lleva, impajaritablemente (qué palabrón), a la reestructuración de los sistemas educativos en los respectivos países, a partir de cánones empresariales, para luego medir la calidad de sus productos. Muy propio de ellos.

Estas constataciones desalentadoras pueden llevarnos a pensar que, en realidad más que una mono-preocupación hay una bi-preocupación. No solo es la aprensión al avance del capital financiero mundial sino que, cuando se “midan” a las universidades de los países pobres y aparezcan sus tristes resultados, la UNESCO se habrán colocado frente a una evaluación indirecta, de sus propias políticas. Es posible que esta comprensión le haya llevado al ya mentado, Don Pedro Henríquez Guajardo, Director (a.i) del IESALC, ha decir que  “la región rechaza de forma colectiva el ranking”. Por favor Don Pedro, para empezar, nadie le ha dado ese derecho.

Por otro lado, en Bolivia no está en tela de juicio la “contribución efectiva de las universidades al desarrollo de su sistema educativo” ni la insuficiente bandera de “educación de calidad”. Las luchas sociales bolivianas no se dan para que los “gringuitos” vengan a estudiar acá y, bien vistas las cosas, la presión de la ES privada en Bolivia, es nimia. Pero las presiones de la UNESCO nos dañan: ¿Es justo ejecutar políticas educativas ligadas sólo a la lucha contra la pobreza y, por ese motivo, no promover la industrialización de nuestras riquezas naturales, a través de la ES?  

Díganme ilustres caballeros y damas:

Alguna vez, la UNESCO ha aplaudido la lucha de los(as) alteños(as) por la industrialización de nuestras riquezas naturales: ¡Nunca!

Alguna vez las NN.UU. han ofrecido tecnología y especialistas para colaborar con la industrialización del gas: ¡Nunca!

¡Y nunca lo harán!

Ya lo ven: Los(as) valerosos(as) luchadores nacionales por la defensa de nuestras riquezas naturales, llegada la hora, estarán solos.

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