17 de septiembre de 2016

T.A.E. DE LA UMSA: "ENTRE MUJERES"

Un escenario escueto

“Entre mujeres” de Santiago Moncada (México), es el relato inesperado y terrible de cinco amigas que, habiendo sido compañeras en el colegio, deciden reencontrarse para recordar algunos detalles juveniles ya alterados por treinta años de separación. 

Pero el buen vino y la locuacidad ayudan a que, de pronto, las cosas se vuelquen: Las confidencias subidas de tono, las mutuas acusaciones y las delaciones, terminan por desenmascarar la traición y la perfidia en las que se había añejado la vida de todas ellas. 

¡Brindemos por la amistad!
Son las actrices: Giovana Cruz, Godelieve Guerra, Belén Jové. Yara Clavijo y Tania Quiquijana
Evidentemente se trata de una obra áspera, de diálogos desguarnecidos de sofismas y, hasta donde se pudo observar, adaptados con buen criterio a la idiosincrasia paceña.

Ahora bien, el tratamiento y la dirección de una obra que promete bostezos a granel, requiere tino y el Director estuvo a la altura de las circunstancias.

 Veamos: Un escenario escueto, sin decorados que confundan las representaciones; una escenografía escuálida, atragantada con una mesita central, sillas y algún florero; ofrecieron el espacio, más que necesario, para que los personajes se luzcan. Si lo mismo se puede decir de las luces, tal vez no tanto del sonido, planteado para acompañar a los personajes y no a la obra en sí misma.

También se cuidó el movimiento de los actores sobre el escenario: Sólo en los momentos importantes cruzaban todo el escenario, por delante del resto. O el hecho que dos actrices usasen minifaldas, lograron que el público recordase, de manera perseverante, qué tipo de fauna bella tenía en frente.

Esto prueba que el director - Willy Perez Villafuerte - dispuso las formas para que la actuación llegase con eficiencia al numeroso público reunido en el Cine Teatro Municipal 6 de Agosto (que de teatro tiene poco).

Pero los actores (o tal vez los ensayos), no dieron todo de sí. Y no me refiero a la memorización del texto, que fue plena y casi sin tropiezos: Esto le confirió a la representación una elegante fluidez. Estamos hablando de la actuación individual que no fue la mejor: La parquedad en la entonación (el vigor o el desánimo), la falta de pausas, la escases de movimientos del propio cuerpo, la omisión de rezongos o de interjecciones, generaron quiebres que se tradujeron en una función algo plana. Evidentemente, si el Director del Taller de Artes Escénicas (TAE-UMSA), hubiese contado con un equipo de actores profesionales, habría barrido a muchos grupos locales mediocres.

Willy Pérez y las actrices agradeciendo al público

1 comentario:

DAVID ASTURIZAGA dijo...

Una pincelada crítica muy atinada, que abarca muchos aspectos de la obra- Felicidades

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