En
este poemario la prepotencia sufre, arrinconada por las rimas
(aunque
no hay ninguna)
La
arrogancia perece ante el soplido de las metáforas
(que
sí las hay a montones).
Y
cuando lo relea, sentirá nuevamente en sus manos,
ese
gran coraje juvenil
que
nos permitió acabar con los entuertos de ayer
y
que ahora nos convoca, a nuevas cruzadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario