El Séptimo Congreso de APIN se desarrolló en dos partes. Una
primera que fue un resumen de lo que se ha propuesto y denunciado hasta ahora,
y una segunda solicitada por los Comunarios de Tambillo, interesados en un buen
consejo que les permita tomar decisiones con respecto al Instituto Tecnológico en el que tanto empeño depusieron para que se funde.
El primer pedazo está ampliamente expuesto en la presentación
adjunta y que les invito a observarla. Ahora, la mayoría de los asistentes, como siempre, no dijeron nada. Un cuasi sugestivo silencio inundó la sala.
La segunda porción fue más animada. Si bien se expresaron
los consejos respectivos, los comunarios no se quedaron callados y llenaron la
sala de preguntas. Las principales giraron sobre qué hacer con el Instituto
Tecnológico. Era claro que no tenían conciencia de que éste estaba a su
servicio. En efecto, de acuerdo a lo que establece el Art. 91 de la CPE, la ETT
-es decir su Instituto- tendría el deber de “resolver los problemas de la base
productiva”. Por lo tanto, elaborar y ofrecer los respectivos proyectos
productivos (como el de la producción científica e industrial de la papa que se
aconsejó).
Una bella foto con los Comunarios de Tambillo y parte de los asistentes |
También se notó que la Comunidad -o sus dirigentes- no
sabían de la existencia de una otra gran posibilidad que les brinda la CPE como
son las “autonomías indígenas”.
Por último, afloró su desconfianza con respecto a los
profesionales citadinos, esta vez en los futuros profesores del Instituto, que podrían tener a
su cargo la elaboración de los respectivos proyectos. Ni qué decir de los
abogados para hacer los tramites respectivos.
Por último, dado que casi todos los citadinos tenían que retirarse a
almorzar, quedamos con los de Tambillo hasta el final.