RECLAMO POR LA EDUCACIÓN TÉCNICA Y TECNOLÓGICA

 

MYRIAM GAMBOA VILLARROEL: UNA LUCHADORA ACADÉMICA

Myriam Gamboa Villarroel era una mujer, intelectualmente, seria.

¡Muy seria!

Insistía mucho, en la pulcritud del trabajo realizado.

SU OBRA

En 1985, impulsó – junto a Alfonso Vía Reque y Clifford Paravicini – la ejecución del Primer Curso Nacional de Formación Docente.

Foto del Primer Curso de Formación Docente en Oruro (1985)
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En 1987 como Secretaria Académica del CEUB y en su afán por encauzar las decisiones del VI Congreso de la Universidad Boliviana, promovió la idea de elaborar “diagnósticos de necesidades” en las universidades, antes de intentar cambiar la vida académica ya sea de una carrera o de la Universidad Boliviana en su conjunto. Con ese fin presentó una tesis: “Bases epistemológicas, teóricas y metodológicas del Nuevo Modelo Académico”. El documento, a pesar de haber sido presentado y expuesto con insistencia, mayor repercusión no tuvo.

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En 1992 elaboró un texto para su propia carrera - la de Trabajo Social -: “Reflexiones epistemológico – teóricas sobre la práctica profesional de trabajo social” que, al final, ni fu ni fa.

Como corolario, les comento que desde el 2016 tengo publicado este texto de “Las bases” en Scribd. El mismo que ha sido leído quince veces en cinco años: Unas tres por año.

UN POCO DE HISTORIA

Myriam se forjó como política en las lides estudiantiles y luego docentes de la UMSA. Era parte vital del proyecto académico del MIR en la UMSA. En ese marco asumió que tenía el deber moral de derrotar teóricamente a sus enemigos: La gente del PC, del POR, etc. Se mostró acerada en la intensa “lucha de posiciones” que se libraba, en la que sólo los mejores triunfaban. Esto explica la calidad de sus textos: Nadie se atrevía a refutarla.

En 1988, la UMSA realizó su Primer Congreso Interno. Allí se aprovechó, de alguna manera, la prédica de Myriam, para efectuar el “Diagnóstico Académico de la UMSA”. Los resultados logrados en esa oportunidad, hasta hoy gritan sus verdades .

El 2016, el rectorado de la UMSA volvió a las andadas. Sin decir "agua va", planificó grandes transformaciones, a título de Segundo Congreso Interno. ¡Y sin haber realizado ningún diagnóstico! Esta es la prueba de la poca importancia que se le concede a “lo académico” en la UMSA.

UNA DEDUCCIÓN NECESARIA

El pensamiento que brota a raíz de todo lo expuesto, es sencilla: La lucha de Myriam fue en vano. No importa cuánto hoy lamenten su partida los “bobarycos” de toda calaña (los “copiones” de Tamayo).

¡Sólo queda la satisfacción del deber cumplido!

Y Myriam cumplió con creces. Haya paz en su tumba.