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21 de julio de 2020

EL SOBACO DE LA FACULTAD DE INGENIERÍA







Una manera de comprender la situación académica actual de la Facultad de Ingeniería de la UMSA es fijarnos en las “misiones” que expresan sus ocho carreras, en su página WEB. Pero recordemos que esto de las “misiones” no son un invento de la Facultad. Ahora bien, es posible que, si aclaramos la historia de esta copia en particular, podríamos tener una idea del asunto.


La construcción de la ingeniería en los países centrales.

En el periodo bonapartista de la Revolución Francesa la educación en ingeniería tenía una sola “misión”: Engrandecer el ejército para fortalecer la República. Por este motivo el estado le endilgó a la “Escuela Politécnica” el cuidado de importantes valores morales: La soberanía, la grandeza del ejército, la patria, etc. Y Francia dominó Europa.
Un siglo más tarde la educación en ingeniería en Europa pasó de una educación en valores a una otra basada en la ciencia. Fue una decisión práctica, aconsejada por la manera en que se superó la crisis de ~1880. En efecto, la economía Europa pudo salir de la crisis económica gracias a la incorporación de la Revolución Industrial a los procesos productivos y financieros de las empresas. Por esta razón se procedió a incorporar sus principios en la educación superior.
¡Eso es diseñar un currículum!
Este cambio en la dirección educativa se dio en ~1920 – principalmente en Inglaterra – y las universidades terminaron ligadas a los empeños industriales destinados a la fabricación de mejores latas de conserva, un mejor armamento pesado, mejores herramientas, mejores trenes, etc. Ahora bien, junto a cada uno de estos emprendimientos había una (o varias) empresas exitosas con las que Inglaterra luego, conquistó el mundo.


¿A quién podría conquistar Bolivia?

A nadie. Nuestro triste “deber cívico” es satisfacer las necesidades ajenas. Exportar nuestras riquezas naturales, no las que nos convengan, sino las que las empresas transnacionales escojan. En esta situación el estado boliviano no puede planificar su futuro. Ni siquiera puede controlar adecuadamente a las empresas extranjeras que trabajan en su territorio.
Por si fuese poco, la producción de materias primas en Bolivia está atada a los contratos que el estado boliviano ha firmado con cada una de las empresas interesadas. En esas condiciones, díganme amigos: ¿Qué materia prima podríamos industrializar si a todo, las transnacionales se oponen?


El primer intento de educación boliviana para la producción

Uno de los primeros intentos de ligar la educación con la producción se dio con la educación técnica. Las buenas épocas de exportación de plata a la España Colonial primero y a Europa después, inspiraron la fundación de escuelas técnicas para la preparación de peritos, pues sabían que una de ingeniería de nada serviría. 
Con buen sentido impulsaron una Academia de Minas en Potosí en 1780 [1]  y más tarde una otra: La Escuela Práctica de Minería en Oruro y Potosí en 1905. destinada a los jóvenes de “escasos recursos”. Pero, ninguna llegó muy lejos por falta de interés.



[1] Según J. Fisher, el Virreinato del Perú en 1785 encargó a J Coquet y Gallardo y a Santiago Urquizo, elaborar la primera versión de un currículum minero metalúrgico. Pero el encargado de esta labor, el Barón de Nordenflicht, no logró involucrar a los diputados mineros en la obra. Tomado de "Minas y mineros en el Perú Colonial 1776 - 1824.

La primera tentativa boliviana de unir ciencia con educación

El intento por incorporar la ciencia a la educación fiscal en Bolivia vino después, como parte del impulso ideológico del estado liberal de principios del Siglo XX. En efecto Daniel Sánchez Bustamante promovió con este fin la fundación de la Escuela Normal de Sucre, cuyo impulso continua vigente hasta hoy. Pero cuando le iba a meter a la universidad, está se volvió autónoma. De acá se deduce que el traje que viste la educación de la Facultad de Ingeniería de la UMSA es una mezcla ignota de acuerdos privados y estales, locales y extranjeros.


La construcción de la educación en ingeniería en la UMSA

Agárrense de las manos que ingresamos al tema, revisando y analizando las “misiones” que cada carrera expresa. El resultado se presenta en el Cuadro 1. La primera columna contiene resúmenes cablegráficos de las “misiones” y la segunda las intencionalidades científicas o humanistas que, a mi parecer, proponen.


CUADRO 1. ANÁLISIS DE MISIONES DE DIFERENTES LAS
CARRERAS DE INGENIERÍA DE LA UMSA



Antes de meter las manos, permítanme aclarar que estas "misiones” son parte del esfuerzo que realizó el “Consenso de Washington” (1989), por modernizar la educación superior tanto en Bolivia como en otras partes. Son parte de la Ley de Reforma Educativa de 1994 y, como Ud. podrá deducir, han logrado gran consenso (je, je) en la UMSA pues con ellas ha sido más fácil convencer a los acreditadores internacionales que las cosas por acá marchan bien.
Entremos en materia: La mayoría de las Carreras declara que usa la ciencia para el “desarrollo” del país. Pocas insisten en los grandes valores, de aquellos que la Universidad Boliviana tenía antes para regalar. Se acuerdan de lo “nacional”, “científica”, “democrática”, “popular” y “antiimperialista”. Esta primera constatación, revela la existencia de una tensión ideológica al interior de la Facultad entre quienes asumen que la CYT tiene su propia fuerza y los que desean aplicarla en los marcos de una ética explícita.


¿Sirve para algo el currículum en la Facultad de Ingeniería de la UMSA?

Un currículum es el documento que expresa la dirección social a la que se compromete una institución educativa. Lo tienen – pulcro y útil – todas las facultades de ingeniería de los países centrales pero no la Facultad, como lo constató el Diagnóstico Académico de 1988. De acá es fácil inferir que mientras aquellas están comprometidas con los esfuerzos de su país, la de acá ni fu ni fa. Por lo tanto, todas las “misiones” que se presentan en el Cuadro1, en los hechos, son inútiles. Esto todos lo saben: Autoridades, docentes, estudiantes y administrativos, por eso nadie le tira bola al famoso currículum.

Dije una dirección y aquí va la prueba. Por ejemplo, la que le marcó la Compañía Huanchaca, al someterse, no sólo ella, sino todo el país, a las inversiones de los accionistas ingleses. Exactamente. Estos caballeros procedieron a traer al país toda su ingeniería, incluidos sus ingenieros, para así potenciar la extracción de la plata. Y lo lograron. Pero ¡ojito!, no todo fue tan malo. En todo este trámite hubo un detalle beneficioso: Para poder saciar sus ansiedades, se vieron obligados a formar como técnicos a los nativos de la zona. ¡Qué tal!

Ahora bien, es justo esta chata dirección la que utilizó Patiño y Arce para pretender fundar sus escuelas de técnicos, en la creencia que lo que les hizo bien a ellos habría de servirnos también a nosotros. (La gran dirección sería buscar resolver por nosotros mismos nuestros problemas científicos y tecnológicos). 
Con el tiempo, la cosa no cambió. En efecto, hasta el día de hoy, todas las grandes empresas que se instalan en Bolivia para explotar nuestras riquezas naturales traen su ingeniería y sus ingenieros, aprovechando los abusivos contratos que firman con el estado. De éstos, los hay para varios gustos: De “operación”, “llave en mano”, etc. Esto, en buen español quiere decir, que el estado boliviano en asociación con las empresas transnacionales, aplasta la formación y el ejercicio de la ingeniería de los bolivianos y bolivianas. (Si quiere saber más sobre este asunto lea mi texto: "La salteña sin jigote").



Las ficciones facultativas

Todas las carreras de la Facultad de Ingeniería declaran a la ciencia y al “desarrollo” como su norte. ¿Con qué físico?, pregunto.
Más bien díganme: ¿Quiénes han redactado toda esa sarta de cuchufletas que están en Cuadro 1? Parece que su utilidad está, más bien, en encubrir acuerdos internos que permitan el ascenso social de los unos y el sueldito de los otros. También podría ser una farsa para justificar gastos en edificios, sueldos y equipos.


¿Ha muerto la educación en valores en la Facultad de Ingeniería?

Parece que a medias (je,je). Cuesta admitir que la “educación revolucionaria” (1952-1985) que buscaba la “industrialización del país” hoy se haya convertido en una “misión” que, en los hechos, tal vez ayude a que el país continúe adaptándose, día tras día, a las exigencias de la “división internacional del trabajo”. En ese caso, se trataría de una gran bandera derrotada por el poderío de los contratos que firma el estado boliviano con las empresas transnacionales. Ahora bien, esta maquinación de los contratos, comenzó hace varias décadas. Pero recordemos los actuales. Estaban presentes, por ejemplo, en los procesos de “capitalización” en la época del “neoliberalismo” (1985 - 2005), y ahora en los “contratos de operación” y “llave en mano”, del “vivir bien” (2005 - 2019).

Antes de terminar hablemos un cacho de las carreras que, explícitamente, no dicen nada. Seguro que andan chochas por haberse acoplado al carro ganador y no tener que andar con la jeta caída como sus perdedores colegas “principistas”.
¡Atención!: En las próximas semanas, la educación en la Facultad se volverá virtual. ¡Ahhh!: ¿Qué ira a pasar? ¿Rescatará Superman a la chica? No se pierda los siguientes capítulos.

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