1966. Los compañeros y compañeras de curso en el patio del Colegio Hugo Dávila. Lucho es el de la extrema derecha. |
Si bien el bachillerato nos separó, no fue por mucho tiempo: Unos años después nuevamente estábamos compartiendo casa y un almuerzo en la UNCTAD, en Santiago de Chile.
Otra vez nos debimos separar. En esta oportunidad el culpable fue el viento frío cordillerano que nos lanzó lejos, por ahisito: Él en la RDA y yo en Rumanía. Pero ha vuelto, aunque sólo de visita. Nuevamente hemos arrimado a nuestros recuerdos a una mesita, un vino y un par de aventuras que pensamos ejecutar. ¡Qué lindo haberte abrazado nuevamente, amigo!
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