20 de julio de 2016

QUINTETO RUPHAY EN EL TEATRO MUNICIPAL DE LA PAZ

El Quinteto Ruphay se presentó anoche en el Teatro Municipal, ante un MUY reducido público. 
Estimo que quienes fuimos, fue para evocar al gran grupo musical que a fines de los sesenta, buscaba, más que profesionalismo, perfección. 
¡Por eso gritábamos de alegría, cuando actuaban en la Galería Naira!


El espectáculo estuvo divido en dos bloques. El primero en el que se evocaron las canciones viejitas y el segundo con las nuevas composiciones.






En la primera parte pudimos escuchar las obras de su primer LP "Folk Music of Bolivia". (¡qué nombrecito!)












En la segunda, las obras de su último lanzamiento "Pachakuti".













Las primeras canciones eran las más esperadas por un sector del público (los sesentones). Pero ¡oh sorpresa!: estaban mal aprendidas y se las escucharon forzadas cuando no desorejadas.
¡Eso no el era Ruphay que habíamos amado y que, a veces, llegaba a La Paz!


Las de la segunda parte, estaban mejor ensayadas pero, a pesar del evidente esfuerzo por copiarse a sí mismos, los arreglos lucían alejados y con olor a refrito. 
Hasta donde entendemos - que no es mucho - el grupo original en 1969, se asemejaba a la soledad de la pampa en forma y contenido. De hecho, ella había inspirado sus más bellas interpretaciones.


Pero, y aquí viene lo interesante, lo que sí se notó, y fuertemente, es la impronta ideológica actual de Ruphay. 

Empecemos por refutar algo. Para Guimer Zambrana S.: "[en 1.969] los habitantes de las ciudades intentaban detener lo indetenible. A fuerza de quenas, zampoñas y charangos, Los Jairas y la Peña Naira llevaban adelante su propia revolución, la cultural, ésa que acompaña o es consecuencia de todos los grandes cambios sociales y políticos". 



Na' que ver. Después de la derrota de la Guerrilla en Ñancahuasú (1.967), poco a poco se fue definiendo la identidad cultural de la lucha por la "Liberación Nacional". 


Segundo, la presencia de la cultura hippie en nuestro medio, que cuajó tanto como boom rockero como en la onda que se inició en la UMSA, de vestir con pochos - tanto hombres como mujeres - confeccionados ya sea con lana de llama o de alpaca, para reflejar con nuestra conducta nuestra manera de pensar. Pero también el uso de bolsas de bayeta para cargar nuestros bártulos estudiantiles.
Tercero, el cantor más querido de la guerrilla de Teoponte (julio de 1970), Benjo Cruz, usaba poncho.
Cuarto, evidentemente la lucha por la "Liberación Nacional" era más clara y decidida que la de los "indianistas" llamada también en ese entonces, la "tercera opción".

¿A qué viene todo esto?
Los paceños y paceñas estamos convencido que el actual "proceso de cambio", que Ruphay parece defender a capa y espada, es justamente una traición a las ideas "indianistas" e "indigenistas". 









Por último, hablemos algo sobre la presentación de los grupos de baile. Se anunciaron tres: Sayari, Nueva Esperanza y Sendas Bolivianas, pero vimos dos. Y, como no había programa, no sabemos cuáles bailaron en realidad. Lo que sí, es que la danza estuvo plagada de improvisaciones y equivocaciones que desmerecieron el concierto.

Punto aparte para el Grupo Aymara, que actúo con entusiasmo desde el fondo del escenario, pero que no se los escuchó.

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