EL BLOG QUE HA LOGRADO DEMOSTRAR QUE EL CURRÍCULUM BOLIVIANO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR, NO ES BOLIVIANO.
23 de septiembre de 2016
17 de septiembre de 2016
T.A.E. DE LA UMSA: "ENTRE MUJERES"
Un escenario escueto |
“Entre mujeres” de Santiago Moncada (México), es el relato inesperado
y terrible de cinco amigas que, habiendo sido compañeras en el colegio, deciden
reencontrarse para recordar algunos detalles juveniles ya alterados por treinta
años de separación.
Pero el buen vino y la locuacidad ayudan a que, de pronto,
las cosas se vuelquen: Las confidencias subidas de tono, las mutuas acusaciones
y las delaciones, terminan por desenmascarar la traición y la perfidia en las
que se había añejado la vida de todas ellas.
¡Brindemos por la amistad! Son las actrices: Giovana Cruz, Godelieve Guerra, Belén Jové. Yara Clavijo y Tania Quiquijana |
Evidentemente se trata de una obra
áspera, de diálogos desguarnecidos de sofismas y, hasta donde se pudo observar,
adaptados con buen criterio a la idiosincrasia paceña.
Ahora bien, el tratamiento y la dirección de una obra que promete
bostezos a granel, requiere tino y el Director estuvo a la altura de las circunstancias.
Veamos: Un escenario escueto, sin decorados que confundan las
representaciones; una escenografía escuálida, atragantada con una mesita central,
sillas y algún florero; ofrecieron el espacio, más que necesario, para que los
personajes se luzcan. Si lo mismo se puede decir de las luces, tal vez no tanto
del sonido, planteado para acompañar a los personajes y no a la obra en sí
misma.
También se cuidó el movimiento de los actores sobre el
escenario: Sólo en los momentos importantes cruzaban todo el escenario, por
delante del resto. O el hecho que dos actrices usasen minifaldas, lograron que
el público recordase, de manera perseverante, qué tipo de fauna bella tenía en
frente.
Esto prueba que el director - Willy Perez Villafuerte - dispuso
las formas para que la actuación llegase con eficiencia al numeroso público reunido
en el Cine Teatro Municipal 6 de Agosto (que de teatro tiene poco).
Pero los actores (o tal vez los ensayos), no dieron todo de
sí. Y no me refiero a la memorización del texto, que fue plena y casi sin
tropiezos: Esto le confirió a la representación una elegante fluidez. Estamos
hablando de la actuación individual que no fue la mejor: La parquedad en la entonación
(el vigor o el desánimo), la falta de pausas, la escases de movimientos del
propio cuerpo, la omisión de rezongos o de interjecciones, generaron quiebres que
se tradujeron en una función algo plana. Evidentemente, si el Director del
Taller de Artes Escénicas (TAE-UMSA), hubiese contado con un equipo de actores
profesionales, habría barrido a muchos grupos locales mediocres.
Willy Pérez y las actrices agradeciendo al público |
11 de septiembre de 2016
11 DE SEPTIEMBRE DE 1973
8 de septiembre de 2016
MI AMIGO VÍCTOR ARCE RIVERA
El viernes 2 de septiembre, como de costumbre, la vida bullía en el Instituto Tecnológico "José Luís San Juan García".
Para el asunto, el Rector Ing. Cecilio Pimentel Choque,
Dicho lo cual, se cerró el sencillo acto.
La alegría de la juventud |
Ese fue el día señalado, para que mi amigo Víctor Arce Rivera, entregara al Instituto su proyecto "Metalurgia, Siderurgia y Fundición"
El famoso proyecto |
Para el asunto, el Rector Ing. Cecilio Pimentel Choque,
invitó a la comunidad docente estudiantil.
Desde la testera, con ardor y amor, Víctor hizo escuchar su voz y entregó el proyecto.
Ante las autoridades del Tecnológico |
Luego el Rector recibió el documento,
comprometiéndose a tramitarlo ante las autoridades.
Víctor y el Rector |
Escultura metálica que conmemora las bodas de plata del Instituto |
7 de septiembre de 2016
EN VILLAZÓN SE REFUGIAN LAS ESTRELLAS
Dedicado a las estrellas de mi club: “Los chicos malos”
Para llegar a la Ciudad de Villazón donde ahora estoy, tuve que viajar toda la noche atravesando, casi de principio a fin, la inmensidad del Altiplano. Me la pasé observando por la ventana del bus el cielo estrellado, el mismo firmamento que atrajo con fuerza la atención de las generaciones pasadas y que ahora atraía también la mía. Con la mirada lejana y perdida en sus meandros, comprendí que todos fuimos, desde un inicio, como esas estrellitas brillantes, pequeñas e insignificantes.
Nuestros primeros aprendizajes tomados ya sea de la sabiduría de nuestros padres o de nuestros maestros y maestras en la escuela, nos llevaron a todos, de manera progresiva, a brillar de una manera particular. ¿Acaso es necesario recordar que unos destellaban más en azul, mientras que otros lo hacían en tonos diversos de blanco o en modulaciones rojizas y naranjas? ¡Qué lindo que era jugar a los colores!
Cuando empezamos la secundaria, nuestra inocencia se sumió
en el lago inmaculado de la amistad. Lo primero que aprendimos, fue a juntar
tímidamente nuestros focos con los de los amigos, pasajeros o permanentes - poco
importa - para producir más luz, que era todo lo que ansiábamos. Luego, ya en
la universidad, del gustillo pasamos a la embriaguez y de este pecado fueron
responsables las fiestas que organizábamos, las peñas, nuestros profesores - recuerdo
en este momento a varios de ellos - los partidos políticos, y otras
circunstancias que nos rodearon.
Nuestra imberbe algazara nos permitió saborear, de manera
solidaria, la existencia de distintos sentimientos: El compañerismo, la competencia,
la revancha o el encanto de brindar con sinceridad nuestro amor a una mujer que
después, con algo de perfidia de parte nuestra y colaboración suya, se volvió
sensual. Así continuamos durante varios años, saltando con agilidad y gracia juveniles
de un curso a otro, de un semestre a otro, de una compañía a otra.
Fue este brillo intenso, el que nos fue acercando, poco a
poco, a la gran estela de la Vía Láctea hasta que quedamos, al final, convertidos
en parte de ella. Su fluir violento y eterno nos hizo resplandecer a todos, tanto
como pudimos. Sus travesuras lograron que todos terminemos formando parte de una
u otra constelación que, en ese momento, nos parecieron interesantes, lo que no
frenó que tiempo más tarde cambiásemos de opinión y nos juntásemos a otros
sistemas que, jurábamos, eran más auspiciosos. Gracias a nuestra fuerza, unas
esferas celestes lograron centellear más que las otras, aunque de ello pocos nos
percatamos. Además las circunstancias fueron propicias para percatarnos del
brillo enérgico de otros gigantes faroles.
Sin embargo, la aventura nunca fue gratuita: Las estrellas
viejas, las de aquellos seres que nos habían acompañado y amado en los años
anteriores, empezaron a desvanecerse primero y apagarse definitivamente
después, hasta quedar de ellas sólo un recuerdo.
Durante toda esta época, también vimos nacer de nuestras
luminosas entrañas, nuevas, brillantes y pequeñas estrellitas que inicialmente retozaban
alegres en derredor nuestro hasta que, a pesar de todos nuestros esfuerzos, han
ido desplazándonos hasta dejarnos casi al margen de la Vía Láctea. Pronto,
también seremos un recuerdo…
24 de agosto de 2016
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