12 de noviembre de 2013

LOS PROCELOSOS LABERINTOS DE LA POLÍTICA UNIVERSITARIA BOLIVIANA

Este es un comentario al artículo “Los procelosos laberintos de la academia” de Edwin Guzman. 

Para empezar, lo digo con claridad, Don Edwin tiene razón. El problema de la universidad pública en Bolivia, es esencialmente político, aunque su sector docente y sus candidatos a rectores, no digan nada sobre el asunto, para evitar quemarse. Callan cobardemente, aunque saben, que existe el peligro de que se pueda colocar la libertad de conocimiento y el de cátedra, al servicio de los poderosos o que la despolitización social e institucional, pueda sustituir al intelectual crítico por el técnico o que la tecnocracia sustituya a la crítica.

Sin embargo, Señor Guzmán, es posible que la pregunta clave no sea: ¿Quién podría fiscalizar a la universidad pública? sino, si hay posibilidades de una otra universidad. Y la verdad es que no. Para empezar, le cuento que sus temores se cumplen, pero no por dejadez académica (que algo de eso hay), sino por las políticas pragmáticas del actual gobierno. Veamos: Las exportaciones de gas, están regidas por sendos contratos de “riesgo compartido”. ¿No es verdad? Pues bien, los mismos le otorgan a la empresa, el derecho pleno a contratar su personal de jerarquía; a diseñar, construir y administrar sus propias plantas y a manejarlas de acuerdo a su buen criterio. ¿Para qué entonces, digo yo, tenemos facultades de ingeniería o escuelas técnicas? ¿Para qué carreras de derecho o administración de empresas?

Si bien la Constitución dice que la educación superior debe desarrollar investigación para resolver problemas (Art. 91.II), ¿acaso hay un solo motor o bomba de los usados por Petrobras o por la Mina San Cristóbal en alguna facultad de ingeniería?, un objeto de estudio que, con seguridad, sería digno de nuestros mejores estudiantes. Pero es más: ¿Alguna autoridad, ya sea de la UMSA o de la Escuela Industrial Pedro Domingo Murillo, han reclamado por esta situación?

Estas pruebas apuntan, de manera primaria, a que efectivamente se ha colocado la libertad de conocimiento y la de cátedra, al servicio de los poderosos; que la despolitización social e institucional, ha sustituido al intelectual crítico y que la tecnocracia ha sustituido la crítica. Y eso que, ni de lejos, nos adscribimos al Proceso de Bolonia.

1 comentario:

Nancy dijo...

Por fin recibo tu blog, en breve tendras mas noticias, tengo mucho q comentar aunque no se por donde empezar pero lo hare. En cuanto al o los temas de educacion que tocas, creo que ahora eres mas vertical en tu critica, sigue asi y en algun momento vas a tener la respuesta o las respuestas que quieres

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