16 de mayo de 2011

EL NUEVO ROSTRO DE NUESTRO INMISERICORDE ENEMIGO EN LA UMSA


L
a actitud del imperialismo al interior de la educación superior en América Latina, siempre ha sido un tema de preocupación. En la UMSA de los sesentas, introducía académicos, programas y dinero, para frenar su participación en las luchas sociales. Los dirigentes universitarios eran siempre los primeros invitados de la represión. Hoy no. Tal parece que ni se preocupan por ellos. Lo que les interesa es la “calidad educativa”.   ¡Y cómo meten dinero en el tema, a través de la ONU!   La prueba está en que la “calidad” persiste en la Ley Educativa 070.

Pero no sólo a la UMSA se le obliga hoy a hablar de calidad educativa. También se lo hace con otras varias universidades estatales: La UBA, la de San Marcos, la U de Chile, etc.  El tema no es nuevo. En 1.986 la Argentina lo entendió como “venta de valores”, a través de los estudios de Juan Carlos Tedesco y José Brunner. En La Paz, lo discutimos como “masificación de la educación universitaria”, durante el Primer Congreso Interno de 1.988. Hoy para la CEPAL ("La hora de la igualdad"), el fenómeno es latinoamericano y se inició el 2.008. Según la Comisión se trata de la inserción política del “anhelo de igualdad”, como un “valor intrínseco del desarrollo” en las sociedades latinoamericanas. El nudo se estaría desenredando por la migración forzosa “de lo individual a lo colectivo”, generando una nueva cultura de “igualdad con cohesión social”. 

Traduciendo: O sea que la UMSA es mala y no participa en la ejecución de ningún plan de desarrollo, porque "vende valores" o "se ha masificado" o porque vive un proceso de “inserción activa del anhelo de igualdad".
¡Yaaaa!
Lo interesante es que en esta lista no entra, por ejemplo, la Universidad de Campinas del Brasil. ¿Será por su objetivo?: Promover la ciencia y tecnología en San Pablo. ¿Será por su personal docente?: Sus mejores docentes dirigen varios Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología. ¿Será por sus políticas de investigación?: Colabora, casi permanentemente, con las principales compañías públicas y privadas del país. ¿Será por sus inventos?: Tenía solicitados, sesenta y cuatro patentes el año 2.009, tanto  al Estado como a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). ¿Será por su participación en el mercado?: Cinco de sus tecnologías autorizadas, ya participan del mercado local.

¿O será, digo yo,  porque se ha convertido en una de las principales distribuidoras de ciencia y tecnología [CYT] en América Latina en general y de Bolivia en especial?
Para contestar a esta última e inquietante pregunta, permítanme presentarles el siguiente extracto, de un suculento contrato:
  
“ REPÚBLICA DE BOLIVIA. CONTRATO DE OPERACIÓN ENTRE YPFB Y PETROBRAS ENERGÍA S.A. SUCURSAL BOLIVIA” (Texto completo) 

Clausula 4. Objeto del contrato. 4.1. Objeto. [Es] la ejecución por parte del Titular de todas las Operaciones Petroleras dentro del Área del Contrato, a su exclusiva cuenta y riesgo, de conformidad con lo establecido por la Ley de Hidrocarburos […] a cambio de recibir de YPFB la Retribución del Titular. Para este fin, el Titular cubrirá todos los Costos y proveerá todo el personal, tecnología, instalaciones, Materiales y capital necesarios […]. YPFB no asumirá ningún riesgo ni responsabilidad con respecto a las Operaciones Petroleras o los resultados de las mismas.
Clausula 15. Obligaciones de las partes. 15.1 Obligaciones del titular. Éste deberá:
a. Conducir la Operaciones Petroleras de forma continua […].
c. Emplear el personal calificado así como suministrar todos los recursos necesarios para la ejecución de las operaciones petroleras […] (Las cursivas son nuestras)

Esta es la prueba. Con toda seguridad Petrobras extrae toda su CYT de sus universidades y profesionales. Si avanza la CYT en el Brasil, es porque la de Bolivia retrocede. Y como el Brasil es que el tiene el mejor perfil para arrastrarnos a todos a salir de esta “crisis del modelo industrial y del patrón de globalización” (CEPAL), nos impone la firma de unos feos contratos que nosotros los rubricamos con alta gracia.

¿Controlar la calidad educativa? Sí, estamos de acuerdo. Pero, previamente necesitamos buenos contratos, tales que permitan a la UMSA participar del Plan Nacional de Desarrollo.

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