9 de mayo de 2011

¡FUERA PIRATAS DE NUESTRO PAÍS!

¡Campesino nomás eres, hermano!

E
ste me parece que es el principal argumento del último texto de Raúl Prada Alcoreza: "Las formas de contra-proceso". Si así fuese, corroboraría la hipótesis del mío: "...una de piratas"”.

Veamos cómo viene la cosa. Para Raúl, el objetivo del actual "proceso de cambio" en Bolivia, era: "Convertir al Estado en instrumento de la nueva sociedad". Ese el sentido, dice, "de una democracia con participación y control social y una transformación económica, ligada a un modelo productivo no extractivista, con soberanía alimentaria e industrialización". Lo corajudo del tema, estaba en "desmontar la herencia colonial".  Pero, "los anacronismos al interior del gobierno actual -según el autor- se habrían cristalizado", estropeando el plan. Raúl ofrece como argumentos, el hecho que "no se comprenda el acontecimiento colonial y su continuidad, en la colonialidad". Incluso, denuncia, "se han reducido a las culturas, naciones y pueblos originarios, a meros campesinos". ¡No son campesinos!, explica: "Por qué no se quiere entender la interrelación entre la dominación colonial y la explotación capitalista". "Por qué se quiere mantener al Estado como Estado-nación". Gracias a esta situación -continúa- los contra-procesos inciden e inciden: "La inercia estatal, el pragmatismo y el realismo político del gobierno (las viejas normas y prácticas, su concepción nacionalista, su capitalismo del Estado, la falsa revolución industrial)". "Esto los ha perdido y repiten el funesto orden y equilibrio geopolíticos, del capitalismo dominante, propios de la crisis de hegemonía estadounidense". "Han terminado por ahogarse en las directrices y condiciones que colocan los monopolios empresariales trasnacionales, financieros, tecnológicos y de mercados".
Y ése es, exactamente amigos, mi punto de vista. Coincidimos con Raúl. Ya lo dijimos en “…una de Piratas”: Que, en los hechos, el “Sector Estratégico de la Bolivia Productiva", había terminado, gracias a los nuevos contratos, en manos de las empresas extranjeras, que si bien producen los ansiados “excedentes”, les importa muy poco la “transformación, el cambio integrado y la diversificación de la matriz productiva”, como reza su objetivo. Por este motivo no se puede hablar de “socios”, sino de “socias piratas” o “piratas” a secas. Las consecuencias de esto es que la presencia enérgica de dichos bucaneros, nos sigue haciendo danzar al compás de una política educativa superior alienante, que no deja, a nuestros científicos, técnicos e ingenieros, asumir cargos de dirección y diseño, en las grande industrias dedicadas a la extracción del gas y minerales.

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