24 de marzo de 2012

FRANK ZAPPA, TAMBIÉN FUE UN REBELDE EN BOLIVIA

Hasta donde sé, en 1.968 los paceños entramos en contacto con Frank Zappa. Personalmente, escuché el LP "Absolutely Free", en la casa de Javier Saldías (primero “Black Bird" y luego "Climax"), ¡yeah!  El disco empieza con la composición “Plastic People” y un "hello americans" - al estilo Nixon - para luego pasar a denunciar la fría violencia policial que se ejercía sobre la población juvenil estadounidense, todo a través de un extraño arreglo musical, que junta poesía y unos solos que por lo barrocos, se parecen a la portada de San Francisco en Potosí.


Esta canción nos hermanó (al menos a mi), pues su música representaba también, de alguna manera, nuestra molestia por la entrega de nuestros recursos naturales a las empresas extranjeras o por la aparición indecente, de decenas de autos "mercedes" comprados por los nuevos dueños de Bolivia: Los "botudos" (¿no saben quiénes son “los botudos”?: No lo puedo creer). 

A nosotros, también nos acallaban con la policía. 

La música de Zappa, violenta y suave a la vez, expresaba nuestra voluntad por edificar un país mejor y nuestras ansiedades por conquistar a las chicas, aunque tal vez esa no era su intención. 

Frank Zappa fue un músico serio, un creador, en el sentido redondo de la palabra. Un artista de gran espontaneidad, talento y denodado trabajo que, pienso, fue el gancho que le permitió atraer a músicos de gran renombre. Fue por este medio, por ejemplo, que conocimos a Jean Luc Ponty. 
La obra de FZ, contiene ideas musicales muy exigentes en cuanto a la interpretación: Lo exige todo de los invitados. En serio. Lo sientes al escuchar, por ejemplo, su recreación de "Niebla Púrpura" (de Jimmy Hendrix), o su "Inca Roads" o su "None of the Above", que está en su último disco "The Yellow Shark". Gracias a ese nivel de exigencia es que sientes como que muchas de sus obras estuviesen interpretadas sólo para el deleite tuyo, personal e íntimo. 

¡Qué música para sorprendernos y fascinarnos! Una interminable diversidad de pliegues melódicos, de combinación de timbres y ritmos. Nunca me canso de escuchar su "Studio Tan": Todo un abanico sonoro de imágenes en perpetuo movimiento, pero unidos por un estilo que, como muchos, creo se puede definir como "el universo de F.Z.".

Zappa, como Mothers, como Hot Rats o como miéchica sea, nos acompaño a crecer, a creer en nuestra rebeldía. Y así como a él no le gustaba que su generación se dejarse asimilar por el consumismo, tampoco a nosotros jamás nos agradó ver a nuestros amigos abandonar sus sueños de indisciplina, para constituirse en buenos miembros de la "sociedad paceña". 

¡Para qué hicimos entonces rock en La Paz y  organizamos la Revolución Universitaria de 1.970¡

 Creyeron que era farsa ¡No!

Estimaron que el anhelo de luchar para acabar con la explotación en nuestro país, no podía serlo todo. ¡Cuánta estupidez cargaban, y aún cargan, sobre sus espaldas!

Y hasta parece que tenían razón. Aún hoy, para muchos la cosa está en gozar de este mundo estandarizado por la ley de la oferta y la demanda, incluidos los y las seres humanos (ja, ja, qué bien me salió). Una sociedad donde el éxito se demuestre consumiendo hamburguesas con nombres exóticos, en barrios (casi) extranjeros. Lo más lejos que se pueda de la Avenida Buenos Aires, de “esas zonas” de La Paz, que nos hacen recordar nuestras caras de cholos y cholas ¿no ve? Parodiando a Zappa, podríamos decir:


Tal vez su obra más dura sea "Joe's Garage", donde les explica cuanto es dos por dos, a las casas productoras de música, que viven del esfuerzo de los artistas. También en Bolivia. No se si recuerdan, pero una de ellas en La Paz sacó una versión pirata del primer LP de  los Beatles - “Please, please me” - con su tapa toda blanca y con el título de “tapa provisional”.
Pocos años más tarde, volvió con otra trastada. Vendió los discos extranjeros de promoción, expresamente prohibidos por un gran sello que llevaban en sus carátulas. 
Ahora ya no se acuerdan del tema y, en cuanto pueden, nos hinchan con terribles campañas, en favor de los derechos de autor: ¿Cuál autor, cuates?
Pero les quiero contar un secreto (con las debidas disculpas a la “barfkoswill” y a la “family” de Zappa): Hace unos años me compré, en la 16 de Julio de El Alto, toda la obra de FZ, resumida en quince mp3. ¡Toda su obra! que, a pesar de escucharla una y otra vez, nunca termino de apreciarla. 
¡Cómo agradezco la presencia en mi vida, de este genio!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bella presentación, Coco

Anónimo dijo...

Cómo me gusta escuchar a Frank!
Compartimos este gusto.Especialmente por el Album Studio Tan. El comentario es alentador, pues veo qie su obra perdura.
Alberto

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo, hubo una relación interesante entre el rock y la revolución universitaria de los 70. Sin embargo, los líderes se divertían con la música fresa de los Iracundos. Los que uníamos la revolución mundial del 68 con la de la UMSA, a través de este sentimiento musical global eramos, hasta donde se, más bien pocos. En cuanto a grupos, recuerdo además de Climax, Dream, Smoke Fish.
Un abrazo de José S.

Anónimo dijo...

Exacto Jorge, yo tengo aún el disco en blanco de los beatles que sacó discolandia el año 1.965.
Saúl

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