Si la estatura de Tamayo es grande, se debe a la disputa con Guzmán.
Pero: ¿Fue necesario el forcejeo?
¿No fue “tongo”?
Si había que debatir con alguien, era con Gabriel René Moreno.
Tamayo escribía de manera grandielocuente, el otro era metódico.
El uno hablaba (y lo sigue haciendo a través de sus lambiscones), con las palabras almibaradas que el “alter ego” de los(as) bolivianos(as) quiere escuchar.
A los argumentos del otro: ¿Acaso alguien los recuerda?
¿A quién hemos venido escuchando?
¿Ante quién hemos venido hincándonos, de rodillas para afuera?
Guzmán es pedagogo y Tamayo abogado.
Pero los bolivianos preferimos llamar pedagogo al abogado.
Y ningún maestro, docente o catedrático reclama la insolencia.
Hay una cosa cierta, a pesar de la disputa y las flores:
Hoy nuestro país, al igual que en la época de estos contrincantes,
sigue exportando sus materias primas.
Y lo hace en la propias narices de la UMSA (y de las otras universidades), que mucho se acuerdan del “indio” y nada hacen para la industrialización, tan necesaria para levantar cabeza.
Nota: El texto que presentamos es una fotocopia del libro que está depositado en la Biblioteca Central de la UMSA. Hay un par de páginas que la gente de la institución no me permitió fotocopiar, por eso van con mi propia letra.
Pero: ¿Fue necesario el forcejeo?
¿No fue “tongo”?
Si había que debatir con alguien, era con Gabriel René Moreno.
Tamayo escribía de manera grandielocuente, el otro era metódico.
El uno hablaba (y lo sigue haciendo a través de sus lambiscones), con las palabras almibaradas que el “alter ego” de los(as) bolivianos(as) quiere escuchar.
A los argumentos del otro: ¿Acaso alguien los recuerda?
¿A quién hemos venido escuchando?
¿Ante quién hemos venido hincándonos, de rodillas para afuera?
Guzmán es pedagogo y Tamayo abogado.
Pero los bolivianos preferimos llamar pedagogo al abogado.
Y ningún maestro, docente o catedrático reclama la insolencia.
Hay una cosa cierta, a pesar de la disputa y las flores:
Hoy nuestro país, al igual que en la época de estos contrincantes,
sigue exportando sus materias primas.
Y lo hace en la propias narices de la UMSA (y de las otras universidades), que mucho se acuerdan del “indio” y nada hacen para la industrialización, tan necesaria para levantar cabeza.
Nota: El texto que presentamos es una fotocopia del libro que está depositado en la Biblioteca Central de la UMSA. Hay un par de páginas que la gente de la institución no me permitió fotocopiar, por eso van con mi propia letra.
2 comentarios:
Yo siempre supe de Don elipe. Es más lo conozco. Es un colegio situado en Miraflores.
Un abrazo
Primero el Mutún y luego Felipe Segundo Guzmán. La relación es interesante. Entiendo que subrayas el hecho que la industrialización de nuestras materias primas, nos traerá inteligencia y mejores días. Estoy de acuerdo, esta manera de existir como comerciantes permaneciendo en la ignorancia nos nos augura nada bueno.
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