Es evidente que la incorporación de dicho Artículo podría permitir a las instituciones de la Educación Superior Boliviana (universidades e institutos tecnológicos), revivir gracias a la investigación científica que podrían realizar. Pero la inclusión también alcanzaría a la institucionalidad del Estado Plurinacional; específicamente a la Dirección General de Formación Superior Técnica y Tecnológica Lingüística y Artística que dejaría de trabajar fuera de la ley.
Pero no nos recibió la Comisión sino la Senadora Daly Santamaría y su colaboradora la Dra. Sorca Zeballos a nombre de TODA la Comisión. Sin amilanarnos ante la situación, expusimos nuestro propósito y como resultado salió una santa y burocrática solución, muy parecida a la que sufrió Josef K en “El Proceso” de Franz Kafka. Los firmantes de la carta debíamos redactar un proyecto de ley (de “iniciativa ciudadana”), solicitando al Congreso la inclusión del famoso Artículo 91.
O sea que a los ciudadanos no les basta estudiar el asunto y denunciar sino que, además, deben reparar por sus propios medios los descuidos en los que el Congreso Plurinacional cayó, a la hora de aprobar la ley en 2010.
Lo chistoso es que aceptamos de inmediato.
Queda claro que nuestro “superyó” nos jugó una mala pasada. Nuestro entendimiento fue sustituido por aquella parte de nuestro aparato psíquico que nos hace reverentes al Estado. Nos dimos cuenta tarde. Ahora, ya tranquilos y serenos, estimamos que sería inútil redactar el tal proyecto de ley pues la fuerza social de quienes impidieron su inclusión no podría ser derrotada por dos ciudadanos que ni siquiera se merecieron ser adecuadamente recibidos por una Comisión del Senado.
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