23 de julio de 2013

OTRO COMENTARIO DE ASUNCIÓN

La Plaza del Estadio, con el "Monolito Benett" de espaldas.
A propósito de su entrada: "La ciudad de La Paz", quiero decirle algo:

Las ciudades, cumplen años como todos/as, en el ciclo de la vida. A veces sus habitantes reciben visitas o también, nos acercamos o nos afincamos en otra. Es el modo de impregnarnos de nuevos aromas, y de aprender a gustar de nuevos sabores, colores o de sentir el sonido andino, el soplar por las pequeñas chimeneas de una zampoña.


Ingeniero es bella su ciudad. No creo que en recina lo convierta la muerte. Pues la construcción de la vida que se proporciona, quedará en alma y la mente de los que, como docentes y profesionales, formamos parte. 


Tengo la plena seguridad de que a usted, no le vendría mal "un submarino" - al buen estilo porteño - con unas ricas medialunas, recordando el Parque Lezama, que le permitan seguir haciendo de la vida una obra de arte. No olvide que la " vida es sueño y los sueños, sueños son (Calderón de la Barca).


Asunción Compte. 
Buenos Aires.


Respuesta:
Estimada Asunción: Gracias por su comentario. Lo del "Parque Lezama" es una invitación difícil de resistir.

EL ESPERADO INFORME DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN

ATENCIÓN

Han llegado hasta nuestra mesa de trabajo (¡YAAA!) dos cartas. La primera del Ministro de Educación, dirigida al Presidente de APEIN y la segunda, de la misma autoridad, respondiendo a la solicitud de Informe Escrito, de la Cámara de Senadores.

A continuación se las presentamos, para su mejor información (¡MÁS YAAA!)


LA PRIMERA CARTA



16 de julio de 2013

LA CIUDAD DE LA PAZ

Lo interesante de mi ciudad - y supongo que de todas - es que nos ven nacer nacer, crecer, crecer y más crecer y nunca morir, porque nos quedamos como parte de sus árboles, sus parques, sus niños y perros.
En mi caso, nací en Miraflores en medio de una urbanización moderna. Luego vino el tomar conciencia de estas montañas, tan grandes, de este cielo tan inmenso y ya no tan azulado, que me han permitido soñar con el infinito y por último, mis gentes, mis compañeras y compañeros de sueños, a los que quiero tanto y que, como yo, comparten la bella La Paz.
Pos bien, junto con ellos me quedaré por siempre, en la Basílica Menor de San Francisco, convertido en grasa humana, adornando sus muros y columnas.


JORGE DÁVALOS: ESTÉTICA DEL ELEMENTO CÁRNICO

En un ambiente pictórico raro y semioscuro, el gris y el rojo sucios se mezclan con trozos de carne, de grasas, de caras y de cuerpos despar...