CRÍTICA AL "DIAGNÓSTICO DE NECESIDADES DE FORMACIÓN TÉCNICA Y TECNOLÓGICA PARA LOS JÓVENES DEL PLAN 3.000
A lo largo de mi carrera he visto y estudiado
muchos diseños curriculares que son una
verdadera pena: Los de ingeniería metalúrgica y civil,
de enfermería y medicina, del Centro Gregoria Apaza, de arquitectura, del
Centro Juana Azurduy, el (caso trágico) del Diseño Curricular Base de la
Educación Técnica y Tecnológica, etc. y sinceramente, este “Diagnóstico de
necesidades para el Plan 3.000”, no se queda atrás. ¡Quizá sea el mejor!
Está
mal redactado y es confuso a morir, pero lo comento por un solo motivo: NO
podemos seguir haciendo (ni publicando) semejantes desastres.
Me gustaría saber, por qué
los(as) bolivianos(as) le concedemos tan escasa importancia al “diseño
curricular”. Y por qué el mismo, es tan importante para otras universidades.
Por ejemplo, para las de Rosario o las del Valle del Silicio. Díganme, por qué
las universidades de Brasil, de los EE.UU., de Pekín, de Irán, etc. tienen que
seguir diseñando nuestro futuro: Diseñando y construyendo los gasoductos, las políticas,
los satélites, los equipos y las maquinarias que tanto necesitamos. ¿Acaso somos
inútiles?
Quiero pedir disculpas
anticipadas, a Saúl, Iván y Karem, por si sienten que uno u otro comentario mío
es ofensivo. Su trabajo ha sido, en realidad, una excusa para poder expresar mi
punto de vista.
Primero presento una
traducción resumida del texto y luego le meto con “tutti quanti” al tema. Si no
soy leal al texto, no es culpa mía: Es lo que entendí.
Nota:Este texto aparece en
el Nº 36 de la Revista “Tinkazos” de diciembre de 2.014 y está editada por el
PIEB. Son sus autores: Ing. MSc. Saúl Severiche Toledo, Ing. MSc. Iván V. Selaya
Garvizu y Ing. Msc. Karem Infantas Soto.