En cuanto entras a la exposición, lo primero que te llama la atención es la pulcritud con que están distribuidas las obras. Luego te das cuenta que el mismo comentario vale para los colores.
Entrando en materia. La exposición tal vez se la podría entender como divida en tres
grandes temáticas: Una crítica (ética), otra ideográfica (estética) y una
última arquitectónica.
LA PARTE CRÍTICA
Una de las más representativas es S/T (sin título), que llamaremos ST1, y que
bien podría llamarse: “En el fondo somos iguales”. El cuadro denuncia el similar
origen estético de los trajes, tanto del maniquí como el de la mujer.
Mario Conde expone más de treinta obras |
Uno otro, el S/T 2, cuestiona las conductas sociales paceñas: que se podría traducir así: "¿Cómo podrías confiar en una mujer que piensa como víbora, que tiene como centro de su ser una otra y que lleva una mariposa multicolor entre las piernas?"
Si bien el tema es recurrente en las charlas entre amigos, otra cosa es “verlo”.
El cuadro se llama ST |
Ell autor dio permiso a que se tomen fotografías |
En ST4, está representada la “virgen del Carmen”, que a
pesar de llevar la naturaleza en el corazón, es obligada a cargar, por obra y
gracia de sus devotos, un sombrero de animales muertos. Su contenido sexual es evitado, convirtiendo el tema en uno eclesiástico, puesto que se representa al cuerpo como “bulto”. Al lado coloco su rostro en primer plano, para que Ud. aprecie la mueca de
angustia dibujada en el rostro.
SUS OBRAS IDEOGRÁFICAS.
Tres de sus retratos cargan un fondo que es a la vez sobrio y elegante, a pesar del uso de colores chillones. Los rostros son sencillos pero no nos engañemos: Acabamos de conocer el pensamiento ético del autor y, gracias a sus enunciados, ya sabemos que lo único que podemos ver son las caras… La prueba está en el talante que muestra la cara sin piel: Es la misma cara que vemos todos los días, pero en su capa de grasa.
EL DEAMBULAR DEL AUTOR POR LA ARQUITECTURA.
Podría ser que esta “composición” - muy vistosa por estar en formato grande - esté estacionada a medio camino entre la denuncia y el descubrimiento: La manera en la cual los paceños y paceñas hemos construido la ocupación del espacio de la ciudad.
Tiahuanco en la parte inferior y superior del cuadro |
En efecto, cuando deseamos enviar una postal representativa de Bolivia a algún conocido o pariente que vive en el exterior, siempre será un “indiecito” o una “llamita” o la “puerta del sol”. Pero estos símbolos no corresponden a la “cultura boliviana”, sino que es una ajena de la que Bolivia se ha apropiado sin citar derechos de autor. En este sentido con esta obra, Mario Conde desliza la idea que Tiahuanaco podría ser el patrón cultural paceño de ocupación y representación del espacio paceño. Una especie de “arquetipo colectivo” que inunda desde el inconsciente, nuestro ser. La prueba más flagrante sería la UMSA, pero también podría estar en el Mercado Lanza.
Lea más sobre la arquitectura del mercado lanza.
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Lo mismo se puede decir de sus “otras composiciones”, que son estudios sobre el mismo tema y que nos recuerdan, de alguna manera, nuestras calles y edificios. En fin, existe un alma arquitectónica paceña y, siguiendo a Conde, es necesario descubrirla.
Una lejana nube que oscurece l horizonte y el nevado dan la oportunidad al autor de lucirse. |
CON USTEDES: EL AUTOR