18 de abril de 2016

MAR: TEATRO DE LOS ANDES

LO QUE ES NO TENER MAR

“MAR” es una obra de “Teatro de los Andes”. Está escrita y dirigida por Arístides Vargas. Son sus actores: Lucas Achirico, Gonzalo Callejas y Alice Guimaraes.

Si a usted le gustan los telegramas, la obra trata sobre una madre que pide a sus tres hijos que la lleven a morir a orillas del mar. En el camino se aclaran las duras relaciones entre ellos existe.

Los tres hermanos aquilatando la puerta que luce sobre su superficie,
además de los tres colores desvaídos de la bandera, la foto de la madre.

Un inicial canto latoso sobre el mar, enmarca la voz de Juana y le permite aclarar que Bolivia es hoy sólo montañas sin horizonte. Pero además, pedir a sus dos hermanos (Miguel y Segundo), cumplir con el deseo último de la madre: Ser enterrada a orillas del mar. Sin embargo en el escenario no hay restos mortales sino, una puerta que irrumpe abruptamente en el escenario y que simbolizará, cada vez con más vigor, a la madre ausente (o muerta). Para ello se van colgando de la puerta, de manera paulatina, diversos objetos. En primer lugar la foto de la madre.

La puerta-madre se podía dividir, mostrando con ello la fragilidad social
de nuestro país. Ojo con los trajes; El de Juana es de fines del siglo xix.
En esta epopeya, la hermana resulta siendo la voz de la conciencia y de la tenacidad. Es ella quien decide emprender el camino guiándose sólo por el olor fantasma del mar.
Pero es también la que más quiere a su difunta madre pues impulsa, a veces chocando contra la voluntad de sus hermanos, el traslado de la fallecida que, a pesar de no haber sido tan buena como hubiese sido de esperar es, de todas maneras, la madre. Cuando empieza la travesía, el público se da cuenta que la madre-puerta pesa mucho. La explicación es que los muertos, este en especial, son más pesados. Pero que, además, es la única forma de compensar el cariño y los cantos que la mama les cantó para hacerlos dormir. Ya en mitad del camino, surge otra reflexión: Si bien hay sal en el salar igual que en el mar, el salar no es el mar.

LO QUE EL MILITARISMO Y EL TURISMO, 
HAN HECHO DEL MAR

Atrás la señora de la diplomacia. Adelante el orgulloso general y el soldado
dela corneta. Cada uno de los personajes hacía lo que creía que era lo
 adecuado. Resultado nadie se entendía.

Los diálogos en esta parte de la obra (que en realidad es un monólogo), hacen las delicias del público, pues están llenos de sorna. Se producen entre un engalonado general, un soldado raso provisto de una corneta y una señora del cuerpo diplomático. Todos ellos se hallan reunidos para recordar el día del mar, pero hay grandes diferencias entre los tres. Cada cual actúa de acuerdo a lo que estima es correcto. El jefe discurseando, el corneta metiendo bulla y al señora guardando profundo silencio. Ninguno se entiende. El militar explica que Bolivia posee una marina en abstracto, lo que le permite participar en algunos eventos internacionales - lo mismo que con el futbol - lo que es un honor en sí mismo. Pero, señala el general, dado que la señora se duerme en los campeonatos internacionales de futbol, queda establecido que no es boliviana. La escena, antes que de mofa, es más bien motivo de reflexión, de quiebre, pues termina cuando la señora le vacía el té en la cara al militar. Con lo que queda en claro, quién subordina a quién.

Otra escena llena de bromas pesadas es la que tres turistas sostienen a orillas del mar, cambiando siempre su punto de vista para concluir gritando a la manera sindical, sus reivindicaciones particulares y egoístas. Esta vez la clase media acomodada que puede ir al mar de vacaciones es la que sale perdidosa. Por ende no todos están facultados para oír el llamado de la madre, sino sólo los hermanos a quienes, por lo demás, se les convoca por su nombre.

LA ESCENA FINAL
 
Una morenada bailada con máscaras que representan la presencia
del mar en nuestras costumbres. Al fondo una duna.
En ésta, los asistentes pudieron observar y sentir, el gran acto de amor que se produjo a la llegada de madre y hermanos a las orillas del mar. También comprendimos un otro mensaje de la obra: Que el origen de ese inmenso afecto al mar, está en los pasitos y sones de nuestros gigantescos bailes nacionales y de nuestras costumbres. 
También en el peregrinaje han surgieron algunas preguntas insólitas: ¿Cómo cantarán los pájaros de agua?, ¿cuál será la inmensidad del mar?, etc. Pero las respuestas, nos dicen los hermanos, no son alentadoras. Es imposible el saberlo, pues ni siquiera podemos visitar a los muertos bolivianos que están allí; ni podemos escuchar el murmullo de las aguas marinas, pues la puerta está cerrada. Hasta que, de pronto, surge la gran verdad que oculta la puerta madre: Sobre el foro, ocupado por un inmenso paño que luce como arena, reposa la puerta-madre. Juana está delante de ella, mirando al público. De repente, la foto de la madre queda ocultada, sustituida, por el rostro de la actriz, quedando con esto en claro que no hay ninguna diferencia entre puerta, madre y hermana. Que madre, mar y sueño del mar, poseen igual identidad y tienen carácter femenino. Cuando la puerta desaparece totalmente, Juana se empieza a revolcar en las inmensas olas que irrumpe briosas, sobre el público. El oleaje se agitó sobre nuestras cabezas, generando un momento inolvidable.

Escenografía muy bien pensada. Inmensas olas que invaden
no sólo a Juana sino que se proyectan hacia el público

REFLEXIONES

La obra está escrita y relatada desde el panteismo: ¿Si el mar es parte de todos nosotros y del todo, entonces no se trata de “recuperarlo” sino de “compartirlo”.

En general los bolivianos siempre hemos comprendido el tema desde una sola óptica: La patriarcal (“recuperarlo es un deber”), actitud que no la mamamos del seno materno sino que nos la hicieron tragar en la escuela, con el desayuno escolar, con los desfiles, con las horas cívicas o disfrazándonos de “coloraditos”. Esta ha sido la manera en que nos han inculcado la “imagen militarista y violenta” del asunto, misma que generó en las clases medias, una actitud despreocupada y egoísta.

El actor pasea por las playas reconociendo a los muertos

Pero, gracias a esta obra: “Mar”, los del público hemos empezado a dibujar una otra manera de comprender aquella “imagen” inculcada. 

Manera percibir la "realidad, según Jung
Digámoslo claramente, esta nueva visión del Teatro de los Andes,  tampoco nos la bebimos del seno materno, ni nos la explicaron en casa. Todo parte, al parecer, de una pregunta que la obra la sugiere: ¿Cómo podríamos decir que el mar es nuestro, si no es producto de nuestro trabajo? La falta de mar es, junto al robo, la ausencia de una parte de nuestro cuerpo total. Es una madre encerrada, dentro de una puerta, que nos impide el paso. La obra nos susurra un mensaje fresco: Nuestro sufrimiento nace de esta ausencia, que es, bien vista la cosa, una parte del afecto que nuestra madre nos brindaba cuando nos arrullaba y que ahora, debido a que la puerta está cerrada, casi lo hemos olvidado.

¿CÓMO HEMOS PODIDO SER TAN CIEGOS?

Ana, Miguel y Segundo se divierten resbalando sobre las olas con
la ayuda de su madre-puerta

Según Jung, el accionar de nuestra “sombra” y de nuestra “ánima” (en los varoncitos), decide, básicamente, nuestra “manera de percibir” las cosas. Esta facultad logra que se forme en nosotros una “imagen” adecuada, de algún modo, a la que necesitaríamos para mantener equilibrado nuestro "aparato psíquico". Por lo tanto, cabe cuestionarse el carácter de la cosa vista. 
Pero, la cosa no es un objeto sino ideología. Es la representación estatal de una determinada parte de la realidad, que ha construido el estado de nuestro país con fines políticos e ideológicos. En este sentido, nuestra “imagen” tradicional de mar, nace de dicha elaboración estatal.

Pero, como ya lo dijimos, también la “imagen” que nosotros nos construimos, contiene una intencionalidad. Si es así, entonces, a la larga o a la corta, se producirá un enfrentamiento entre “imágenes de mar". Hasta ahora ha ganado la más fuerte, la dominante, que es justo la de la ideología dominante. Y no podría ser de otra manera.
En este sentido, la nueva “imagen” del mar, a la que nos incita la obra, es una emergente, un punto de vista sedicioso, que busca ganar un puesto en nuestro entendimiento. Y el hecho de haber tardado más de 130 años en comprenderlo, es la prueba de cuán dominante es la ideología dominante.

La única manera de explicar este asunto es que el “Teatro de los Andes” intenta reelaborar un viejo arquetipo colectivo - la del mar-madre-puerta - que estaba agazapado entre los elementos culturales y simbólicos de la nación (o de las naciones si se prefiere): En el acordeón y el canto citadinos; en la morenada mestiza; en los gritos de alegría de los/as niños/as; en el polvo de nuestros cementerios: en las entradas y prestes, etc.


Será el transcurso de la historia el que diga, cuál visión será la que ganará en el futuro: La patriarcal militarista de “recuperar el mar” o la matriarcal y femenina de “compartirlo”.

Los setecientos espectadores que nos dimos cita la noche del domingo en el
Teatro Municipal, ovacionamos de pié a los tres grandes artistas.

17 de abril de 2016

LA ARAUCANA DE TRYO TEATRO BANDA (CHILE)

LA OBRA

El cuarteto iniciando la obra
La Araucana es quizá, la obra épica más importante de América. Fue escrita aprox. en 1570, por Alonso de Ercilla, que llegó a la región acompañando a la expedición del gobernador García Hurtado de Mendoza. Mientras éste es mostrado en la obra como un soldado pedante y sanguinario Ercilla es un ejemplo de cordura. 

En realidad La Araucana es un comentario a los aspectos más dolorosos de las guerras que libraron españoles y araucanos. El relato también resalta la actitud noble y cariñosa de la india Tegualda, que luego de la batalla se dedicó a buscar los restos de su marido. 

Ercilla y el Gobernador
Ercilla escribe con dolor las experiencias de muerte sufridas por ambos bandos. La obra que espectamos, cuenta estas historias sangrientas y violentas.
   
En un comodo sillón, cantando para el Gobernaor.
EL  MONTAJE

El despliegue inicial
El grupo “Tryo Teatro Banda” plantea los episodios históricos desde una óptica coloquial, pues busca que el público acepte las trágicas historias contadas con arte y paciencia y así, en vez que se deje arrastrar por los sentimientos, reflexione. El propósito pedagógico es evidente, pero no ha sido hecho para nosotros los bolivianos, sino para la gente de Chile que no termina por aceptar que en sus vidas diarias conviven con los/las indios(as). En efecto, hasta el día de hoy, tal como lo denuncia el grupo, en la Comuna Ercilla se sigue peleando.

El cruel y sádico Gobernador
 Para ello la obra incluye canciones, coros, y la hermosa forma musical de la cantata tan querida en Chile. 
Los personajes se dividen en dos grandes grupos, los buenos y los malos, quedando al medio el culto Alonso de Ercilla. 

Lo interesante es la multiplicación de los peces. Los personajes, siendo tantos, no se sabe de dónde salen. Está el gobernador, su ayudante, Ercilla y su hermana. Por el otro, tres caciques araucanos, Tegualda y varios cientos de extras, que mueren en cruentos combates.

LA PRESENTACIÓN

Cantando el mestizaje

De entrada nomás, los doscientos treinta espectadores (de los cuales 16 peinaban canas), ya sabían que se trataría de un espectáculo en el que se apreciaría teatro y música. 

Habían instrumentos musicales, a montones, pero no sobraban. Aunque sólo la guitarra y el cello sirvieron para la ejecución de las armonías. El resto fue utilizado para generar varios ambientes pertinentes, que acompañaron el relato.
Toda la obra transcurre casi en penumbras,  aspecto que no permite que el público quite la atención de lo que ocurre en el escenario.

El gobernador recogiendo un bebe araucano (el nuevo Caupolican).
O introduciendo al enemigo al interior de la futura sociedad chilena

Ahora, cuando se trata de contar sucesos importantes, los artistas chilenos siempre prefieren vestir de negro. Esta vez también ese es el caso. La solución les da gran versatilidad para cambiar de personajes.

Reunión de jefes araucanos
Toda la escenografía se reduce a una valla doble de caña huecas, la que les permite crear los diversos espacios por donde discurrirá la obra.

En general el libreto está escrito con gusto y es directo en su mensaje. La actuación es de alto nivel y bien llevada a efecto. Tal vez se podría hacer una referencia especial a la agradable voz de la actriz.

El grupo aceptando el nutrido aplauso.

A nosotros el mensaje nos llega como una gran pregunta. La misma que ya me la plantearon mis recordados(as) compañeros(as) de la poderosa (ex) UTE, "Universidad Técnica del Estado": Si nuestros indígenas resistieron con tanto empeño, ¿qué pasó con ustedes? Y la respuesta no terminamos de construirla.

16 de abril de 2016

EL RETORNO DEL DUENDE ANDALUZ

Empezaré diciendo que los comentarios que vertí en agosto de 2015, cuando se estrenó la obra en La Paz me siguen pareciendo adecuados.


En esa oportunidad ensalcé los brincos de Marcos y el abrazo sincero de los dos amigos al final de la obra: Fueron ambas actitudes las que provocaron que todos nos pongamos de pie para aplaudir. 
En esta oportunidad, los doscientos asistentes al teatro no hicieron lo mismo.

¿Por qué?

Para intentar responder la pregunta, miremos las fotos: 

La obra empiza con el "gitano" Piraí, luciéndose.

Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro,
si no está muerto, está moribundo.

El duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no un pensar.

El duende no llega si no ve posibilidad de muerte.
(Atención con el movimiento de dedos del actor)

Recordad el caso de la enduendada Santa Teresa, cuyo duende  la traspasa con un dardo, queriendo matarla, por haberle quitado su último secreto: El Amor libertado del Tiempo.

El juego del actor con la mosca: Acércate mosquita que te estoy esperando

Basta unos lentes para generar la sensación de estar en la playa,
de bogar, de remar y de marearse, todo en un pequeño bote.

El acercamiento físico entre el actor y el músico, ausente en la anterior presentación,
en 
esta oportunidad se repitió varias veces.

El sincero pero no emotivo abrazo final.

El gran actor, despidiéndose.
Conclusión: Las actuaciones fueron irreprochables. Es posible, entonces, que el acercamiento físico entre el actor y músico haya alterado al duende de la obra.

15 de abril de 2016

“INTENTARÉ VOLAR” (IO PROVO A VOLARE)

Obra: “Intentaré volar” (Io Provo A Volare), de Berardi Casolari 
Dirige: Gabriella Casolari (Italia)

A continuación les ofrezco un relato de lo que vi y entendí de la obra de teatro. Si no corresponde con la realidad, no me censuren con acritud, pues eso es lo que se escuchó en la galería. Y también lo que se vio, por ejemplo, que el público asistente llegó a las trescientas personas, de las cuales, 47% de sexo femenino.

Elaborado y hermoso ingreso del actor. Nótese los símbolos que lleva:
Una escoba en desuso y una vela, que sería todo lo que habría quedado
del deseo por barrer a a la vieja sociedad burguesa y a lo que se ha
reducido la luz de la revolución
El telón se abre a los acordes de una canción en italiano, interpretada por un guitarrista - Davide Berardi - que usaba - ¡ojo con el detalle! - el mismo gorro que usaban las tropas del Ejército Rojo, al triunfo de la Revolución Rusa. La canción también la acompañó un acordeonista de talento: Bruno Galeone. Por su lado, el actor principal - Gianfranco Berardi - empieza su actuación reclamando, en un español, acelerado y muchas veces difícil de entender, la flojera de los jóvenes de hoy que todo lo quieren sin trabajar, fácil, y la de unos padres que lo fomentan. Ya entrando en materia, para el actor, lo más adecuado sería seguir el ejemplo de esfuerzo y perseverancia del cantor italiano Domenico Modugno. Sin embargo se pregunta si las generaciones actuales lograrían entender su modelo, que él mismo, en su adolescencia, decidió seguirlo, aunque con suerte adversa.

Davide Berardi, Gianfranco Berardi y Bruno Galeone

Dicho y hecho, el joven por impulsos de su vocación, decide hacerse actor profesional, entrando a la academia, que se transformará en la fuente de todas sus vicisitudes. De todas maneras logra graduarse y ya con el diploma en la mano, decide probar suerte yéndose a la gran ciudad. Pero la respuesta que obtiene en todo lado es siempre no, excepto en el circo. Allí le ofrecen nada menos que el trabajo de mono, gracias al cual se encuentra, en medio de cómicos embrollos, con otros actores que también han absuelto la academia. Este detalle le basta al novel actor, para comprender hasta qué nivel ha tenido que envilecer su profesión y su persona, por lo que decide abandonarlo todo y regresar a su pueblo natal. Ahora bien, la excusa para disimular su fracaso, pues alguna habrá que darla, es que regresa para ocuparse de los asuntos culturales de su pueblo natal, pero no como actor sino como funcionario municipal de cultura.

El actor Gianfranco, explicando sus peripecias como actor de circo.
Sin embargo el puesto de responsable cultural ya está ocupado por un avieso político que sólo espera ser elegido alcalde para inaugurar el viejo teatro que ha sido remodelado. En efecto, el antiguo edificio fue transformado y destinado a labores de toda índole, hasta no quedar nada de la primitiva arquitectura, destinada a albergar el arte. Molesto por esta situación decide destruirlo hasta que no quede nada de él, pero sufre severas lesiones en el intento.
 
El juego de luces y sombras está delicadamente diseñado para lograr asombrosas combinaciones
con el artístico movimiento de Gia
nfranco 
En síntesis, gracias al detalle del gorro y las alusiones al PCI (Partido Comunista Italiano), la obra termina siendo una metáfora relativa a las grandes luchas por el socialismo que han envuelto al mundo entero, toda la época pasada. En este sentido el actor representa a todos los izquierdistas que, a pesar de haberse titulado de revolucionarios, al final terminaron tragados por la sociedad burguesa a la cual habían jurado destruir. Valiente juicio y que es, sin embargo, de tan ardua digestión.
Si por un lado la obra es de carácter pesimista y sabor dulzón, por el otro, el espectáculo es más sobrio que una visita a un mausoleo donde todo lo negro de la escena - la boca dura que se comió a varias generaciones durante el Siglo XX - es muy bien aprovechada por las piruetas y la camisa blanca del actor que lució, dicho sea de paso, todo su arte.

8 de abril de 2016

EN RADIO COR-DIAL

En  la mañana de hoy, tres amigos se dieron cita en la Radio Cor-Dial (de la COR-El Alto), para charlar, durante dos horas, sobre la educación superior en Bolivia.
Gracias por la invitación.


En la foto, quienes partiipamos en la charla: Rubén López, su serviduro y Erasmo Quirós


6 de abril de 2016

"DESNUDARTE" CASI SIN ARTE

A continuación, les presento un comentario sobre el último programa “Desnudarte” (aunque que no es tan último), de Sergio Calero. El mismo se clava en “el hipismo”, con el estilo que cultiva desde la ex - “Obertura del Siglo XX” y que tan agradablemente nos sorprendiera.

EN EL ARTE DE DESNUDARTE ESTÁ LA COSA.

El análisis del fenómeno social se centra, de manera algo obsesiva, en los acontecimientos en dos países: EE.UU. e Inglaterra y explica dicho fenómeno social como si fuese casi el resultado exclusivo del consumo de drogas fuertes (LSD).

¡El mismo discurso de los adultos de los sesentas!

Un acto de protesta de la juventud estadounidense 
Una argumentación elusiva que se sigue usando para encubrir los fuertes procesos de individuación colectiva que atravesó la juventud de esos países y que, hasta donde conocemos y entendemos, fue su manera de negar la clasificación a los que les sometieron sus retrogradas sociedades: Sus valores musicales constreñidos a la compra de una mercadería industrial discográfica anclada en el rock and roll; una convivencia social marcada por la discriminación social; manchas que desnudaban la ambivalencia de una ética estatal que pregonaba libertad con una mano y que castigaba con la otra, el derecho al ejercicio de las libertades ciudadanas en sus países así como al pretendido derecho a saquear las riquezas naturales de los países “subdesarrollados”.

Lo que evita este tipo de explicaciones, es comentar la interesante manera que tuvieron dichos jóvenes, para manejar su conflictiva energía juvenil: La transformaron en una explosión de protesta, que se la llevó hasta lograr insertar sus nuevas prácticas sociales dentro de las habituales: Estilos de vestirse, nuevas marcas de cigarrillos para fumar, maneras de pensar, formas musicales, prensa libre y literatura, etc. La evaluación que se hace de este tema en esas sociedades es amplia: El Internet está plagado de libros y artículos al respecto, lo que prueba, además, que el asunto sigue lanzando chispas al medio ambiente.

Joan Baez cantando en público

ALGO PARECIDO SUCEDIÓ ACÁ EN LA PAZ, MÁS O MENOS DESDE 1.966

A la rabia social que provocaban las dictaduras militares, a la entrega de nuestras riquezas naturales a las empresas extranjeras, a la guerrilla, se sumó el brutal menosprecio por los problemas nacionales que caracterizaba a la UMSA. Pero también es dable incluir, la náusea que provocaban en el alma los cánones musicales centrados en la cumbia y en la “nueva ola argentina”, que cierta empresa discográfica y casi todos los medios de radiodifusión nos clavaban día a día. Y hubo también una explosión juvenil paceña frente a esta situación. Lo trágico hubiese sido que no existiese, como sucede hoy.

Ahora, una parte reducida de dicha población juvenil urbana de La Paz, fue la que se metió, de manera entusiasta, a buscar nuevas formas de expresión artística, de vida y de consumo, al paso, de mariguana (no LSD, pues era terriblemente caro). A ella se la podría llamar, con reticencias, el “hipismo paceño”. Proponían una nueva forma de vestir (fundamentalmente con prendas de mezclilla), nuevas maneras de expresar el placer musical (Climax, Dream, Smoke Fish, etc.), un poquitin de pelo largo pues la represión familiar y social era inexorable, lo que culminó, como en los otros países vecinos, en prácticas sociales distintas, que encerraban, como no podría ser de otra manera, una ideología distinta.

El Teatro al Aire Libre de La Paz, cobijó el nacimiento del rock en Bolivia
Pero no queremos referirnos a los “hippies paceños”, sino a la juventud rebelde en general, que asumiendo en parte las conductas señaladas y generando otras, se construyó un lugar en la sociedad paceña: Fue su propio proceso de individuación colectiva, con valores éticos y estéticos, que aún continúan ejerciendo influencia sobre nosotros, tal el caso del rock o de la "Revolución Universitaria". Pero también desde el punto de vista sociológico, fue una construcción cultural que se constituyó en un patrón de referencia para resaltar, por ejemplo, la desidia cultural e ideológica actual.

Esta forma juvenil paceña de los sesentas de transitar la vida, también fue solidaria con la que habían emprendido el resto de las sociedades del mundo. En alguna oportunidad ya me referí a la juventud rumana, ahora denme un minuto para contarles un detalle sobre la juventud vietnamita de ese entonces, metida hasta el cogote en una guerra de liberación nacional, frente a un poderosísimo enemigo.

¿QUIÉN CONOCE LOS DESIGNIOS DE LOS DIOSES?

Por esos intrincados motivos de la vida, terminé estudiando ingeniería en la República Socialista de Rumanía, donde además de latinoamericanos, convivíamos con africanos y asiáticos, entre estos últimos, ex combatientes vietnamitas. Gracias al idioma rumano, pude comunicarme con Phan, un excombatiente vietnamita, con el que compartimos nuestras respectivas experiencias. El me comentó sobre la guerra y sus vicisitudes, yo sobre el enorme respeto y admiración que sentíamos (casi todos) los jóvenes paceños, por la lucha esforzada del pueblo del Viet Nam. Pero bueno, luego de la charla, llegó la hora de los “mici” (trocitos de carne asada) y de la “tsuica” (bebida alcohólica popular rumana), y de la algazara. Ahora bien: ¿qué creen que cantamos?, pues las canciones de los Beatles, ambos, juntitos, en inglés. 

Fíjense en su rostro, luce como un jovenzuelo, pero es mayor que yo.

ESTO ES LO QUE LE RECLAMO AL PROGRAMA DE CALERO

No habla de nosotros. Nos trata como si fuésemos reflejo de las estrellas en el Titicaca. Hace abstracción de estos preciosos procesos para remarcar los ajenos, colocándolos casi como únicos. ¿Qué gana con esta actitud? Acaso, gracias a sus comentarios de condena del uso de las drogas y alabanza del rock, estamos rescatando nuestras propias creaciones culturales. Al fin y al cabo, rockeros, fresas, cumbieros e izquierdista, todos juntos estuvimos en el Cerro de Laikakota en agosto de 1971, en la pelea por la “Liberación Nacional”, que es otro valor que la cultura que una juventud pasada nos legó, esa que cantaba tangos.

Estudiante de la UMSA defendiendo su universidad en 1.971

JORGE DÁVALOS: ESTÉTICA DEL ELEMENTO CÁRNICO

En un ambiente pictórico raro y semioscuro, el gris y el rojo sucios se mezclan con trozos de carne, de grasas, de caras y de cuerpos despar...