Asunción, 25 de septiembre de 2014
Ingeniero Alcoba:
Como colega en el área de la educación, deseo felicitarlo, por el lanzamiento de su "Curso para auxiliares de docencia de la UMSA" que, supongo, usted lo diseñó.
Sé de su larga lucha porque la investigación deje de ser un formato y técnicas de recolección de datos para ser algo más. Por lo que pasa por acá, estimo que en el mismo error recae la "investigación cualitativa" (tan a la "moda" hoy en día), pues bajo el pretexto de tener a la observación como eje central, se la pasa filmando milímetro a milímetro, cada acción, anulando al ser humano.
Ahora bien, entiendo que su objetivo va más allá: Que la investigación/investigador, se conviertan en partícipe de las decisiones de política educativa y económica de cada país latinoamericano.
Por eso, a modo de recordarle, que cuando usted expresa en la entrada de su blog acerca de este tema: "en vez de que los estudiantes observen", sería interesante explicitar la ideología de la "observación".
Esto que le digo, es exclusivamente de mi producción, pues entiendo que la observación del ser humano, está condicionada por patrones, por "chips", que se fueron construyendo a lo largo la "trayectoria personal" de cada joven. Como la que tiene cada uno de esos que, con tanto entusiasmo y ganas, entra en su Curso: ¡Ser Auxiliar de Investigación, no es poca cosa!
En síntesis, según el matemático "Fernandez Bravo", un español que visitó hace un tiempo este país desde el cual le escribo: El Paraguay: Nos decía que "los términos matemáticos no son migajas", refiriéndose a los datos de la investigación.
Y parafraseándolo, estimo que sería correcto que los términos y el lenguaje que se adopten en su Curso, habría que definirlos de manera explícita en el "marco referencial" que se adopte, mientras se compartan o enseñen los procesos y los procedimientos en su Curso.
Con todo respeto, a su trayectoria profesional, es solo un " algo más" para tener en cuenta".
Lic. Asunción Compte.
Especialista en Educación General.
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Miembros del Curso de Investigación. |
Estimada Asunción:
Lo primero, agradecerle por escribirnos. Su carta nos
alienta a seguir laburando por la educación superior. Una aclaración previa: No
diseñé el Curso, sólo colaboro en su ejecución. Pero comparto plenamente sus
inquietudes, sobre los sustentos ideológicos que animan todo proceso investigativo,
incluidas sus técnicas. Y esta aclaración será el hilo que me ayude a responder
su amable misiva.
El miedo al ser humano. Me parece que el miedo a sus “zonas
oscuras”, a su funesto “pecado original”, al hecho que ignoremos sobre los sentimientos
que guían al final su “libre albedrío”, etc., han conducido a la construcción de cientos de
corrientes pedagógicas y epistemológicas. Ahora bien, del tema no se puede
salir razonando, pues lo que se discute no son razones sino sentimientos. Por
eso la ruptura con esta “cultura de aversión a la vida” se da siempre con un
portazo.
Si yo hubiese diseñado el Curso, lo habría hecho juvenil,
pleno de la fuerza vital que es la que caracteriza a esta edad: 100% práctico y rebelde.
Desafortunadamente, no es así. Se me pidió que ayude a leer en grupo, el bello
texto de Paul Oquist, para que los estudiantes puedan “contar al final con un resumen”.
¡Increíble, no le
parece!: ¡Si tienes el resumen: ya sabes investigar!
En este entendido, a quién me pidió ayuda, le anuncié que me
aprovecharía del “contenido insurrecto” del texto y él lo aceptó. Evidentemente
el director del curso sabe dónde se mete.
Y es, justo en este campo, donde recibí críticas y donde
también las doy, como la crítica al DIPGIS que está en mi blog. Se me reprocha
el ser meticuloso, lento, de meterme a fondo con la disciplina abrazada por
cada estudiante. Y esto es verdad. Pero, como el aprendizaje es individual, no
tengo alternativa: Debo darle espacio y tiempo a la “mayéutica” que me enlaza
con el grupo.
Por mi lado, detesto que la universidad, como institución, en
su ignorancia, intente ilusionar a los estudiantes con trabajo y dinero, para que
ejecuten investigaciones estatales, adornadas con ostentosos nombres. Colaborar
con las “políticas públicas” del país lo llaman. La universidad es autónoma del
estado y, por lo tanto, debería mirar siempre con recelo, lo que los grupos
dominantes hacen o desean hacer. Empezando por sus técnicas que, en este caso,
al no haber diagnósticos, no son la observación (o sus resultados), sino la
ilusión.
Pero también están los fines de quienes diseñaron el curso, que
son más modestos: Si están abiertas las postulaciones para ocupar los cargos de
“auxiliares de investigación”, porque no formar a ese personal.
Espero que me responda. Mientras, un gran abrazo.
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